Aproximaciones tradicionales desde la ciencia política señalan que la desigualdad económica constituye un elemento desestabilizador de las democracias, en tanto merma las bases del contrato social y genera fuertes presiones para la redistribución, tensionando de paso la estabilidad institucional. Tal argumento da por sentado que los individuos son capaces de percibir la desigualdad adecuadamente, es decir, que existiría una correspondencia entre la desigualdad objetiva y subjetiva. Sin embargo, la evidencia empírica señala la existencia de una serie de sesgos en la percepción de la desigualdad (Castillo, Miranda y Carrasco, 2012), los cuales a su vez podrían influir en el impacto que la desigualdad tiene en la estabilidad institucional. En este contexto, cabe preguntarse: ¿En qué medida se percibe la desigualdad económica en Chile? ¿Existe consenso o disenso en la población respecto de los niveles de desigualdad? ¿Se percibe en Chile más o menos desigualdad que en otros países? El presente artículo aborda estas preguntas enfocándose en la desigualdad salarial desde dos ejes de análisis: comparación internacional y comparación temporal. El eje de comparación temporal aborda los niveles de consenso respecto de la desigualdad percibida en un lapso de 10 años, mientras la comparación internacional asocia la desigualdad percibida a indicadores de desigualdad económica en una serie de países. Para el análisis se utiliza el módulo de desigualdad del International Social Survey Programme 1999 (N=1.503) y 2009 (N=1.505), encuesta especializada en temas de desigualdad económica.